Tras los bombardeos del mes de octubre de 1936, Cartagena continuó con su actividad, tanto la población civil, como la base naval, que siguió recibiendo material de guerra y avituallamiento para el ejército republicano.
Previamente al bombardeo, el día 23 de noviembre, uno de los Heinkel 70 nazis de la escuadrilla de reconocimiento sobrevoló Cartagena tomando fotos de puerto, la ciudad, el Arsenal y las baterías antiaéreas principalmente. Estas últimas dispararon al avión sin éxito. En la ciudad se dio la voz de alarma frente a un posible bombardeo, pero este no tuvo lugar, aunque se comenzó a sospechar la inminencia de un nuevo bombardeo. Incluso el general Gonzalo Queipo de Llano llegó a anticipar el ataque en Radio Sevilla, afirmando "Cartageneros, os acordaréis de mi nombre", haciendo referencia al día del bombardeo, 25 de noviembre, día de San Gonzalo. Además, llegó a añadir "correréis como conejos a vuestras madrigueras", en referencia a los refugios.
La misión fue preparada por los mandos de la Legión Cóndor, cuyo comandante era en ese momento el general Sperrle, y su jefe de estado mayor el coronel von Richthofen, y pretendía dar un duro golpe al bando republicano atacando una de sus principales zonas de avituallamiento, además de demostrar la ayuda que el régimen nazi alemán daba al bando nacional. Se utilizarían en el ataque diez Junker del 2º/K.88 y otros diez del 3º/K.88.
Muestra de los lugares donde cayeron las bombas de los bombardeos de las Cuatro Horas. Fuente: Revista Cartagena Histórica. |
Así, el día 25 de noviembre, hacia las 17:25h., la batería de los Dolores comenzaba a disparar contra los primero aviones del 2º/K.88 que llegaban a la ciudad. El ataque duraría desde las 17:30 de la tarde hasta las 21:30 de la noche, de ahí el nombre de "Bombardeo de las cuatro horas". Durante este tiempo muchos cartageneros se protegieron en refugios como el de la calle Gisbert, aunque no se pudieron evitar las primeras oleadas de víctimas, especialmente en lugares como la estación de ferrocarril o el muelle de Alfonso XII. Los primeros aviones, lanzaron además bombas incendiarias para marcar la ruta a seguir por los aviones que realizarían la segunda oleada de bombas durante la noche.
Imagen de la calle del Carmen tras el bombardeo de las 4 horas. Fuente: alasbarricadas.org |
El conocido Tren Chicharra tras el bombardeo. Fuente: alasbarricadas.org |
Los bombardeos dejaron decenas de casas destruidas o inhabitables, en estado de ruina, familias sepultadas bajo los escombros, calles destrozadas... Una bomba cayó en el Hospital de la Muralla del Mar, provocando numerosas muertes; en el barrio Peral y en el Hospital de los Pinos también se produjeron incendios muy destructivos.
Daños en el Hospital de la Caridad y en la calle Caridad tras el bombardeo de las Cuatro Horas. Fuente: regmurcia.com |
Los daños en la ciudad fueron muy importantes, pero sobre todo se trató de un daño moral. Imaginaos cuatro horas hacinados en un refugio, escuchando el sonido ininterrumpido de bombas, junto con los disparos de las baterías antiaéreas, y de los antiaéreos de las unidades navales. Se trata de un trágico día que aún hoy recuerdan con tristeza y terror aquellos que lo vivieron.
Plaza del Risueño tras el bombardeo de las Cuatro Horas. Fuente: regmurcia.com |
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